EE.UU. complica la situación de la Península Coreana con provocaciones militares

A pesar de nuestras reiteradas advertencias, el imperialismo norteamericano comete más actos de provocación militar para desatar la guerra nuclear.

    El 29 de mayo, la connotada escuadrilla de B-1B llegó al cielo surcoreano para ejercitar el lanzamiento de bombas nucleares.

    La escuadrilla, despegada de la isla Guam a la madrugada de ese día, llegó al cielo sobre la zona marítima a 80 kilómetros al este de Kangrung del Mar Este de Corea, cercana a la Línea de Demarcación Militar, y llevó a cabo los ejercicios conjuntos de ataque preciso a los objetivos importantes de la RPDC con los aviones de caza y asalto del portaaviones Carl Vinson que realiza ahora en el mismo mar una maniobra naval conjunta con la marina surcoreana.

    Además, adiestró junto con los aviones de combate de las fuerzas aéreas surcoreanas el procedimiento de acción combinada durante la navegación hacia el firmamento de la Península Coreana.

    Esta provocación militar lleva a punto de explosión la situación de la Península Coreana con la agravante crisis de guerra nuclear.

    Lo insoslayable del caso es que el entrenamiento de lanzamiento de bombas nucleares tuvo lugar en vísperas de los ejercicios de guerra anti-RPDC de los portaaviones Carl Vinson y Ronald Reagan en el Mar Este de Corea.

    La escalada de aventuras militares del imperio yanqui evidencia que su rumor de “diálogo” no pasa de ser una palabra hipócrita para desarmar a la RPDC y sigue invariable su ambición de eliminarla con el arma nuclear.

    Igualmente, multiplica el ánimo de venganza del Ejército Popular de Corea dispuesto a exterminar de un golpe a los fanáticos de guerra.

    Los belicistas yanquis no deben olvidar ni un momento que si exacerban la crisis de guerra nuclear en la Península Coreana, el propio territorio estadounidense sufrirá más pronto la devastación.

 

KCNA